Los viajes de Gulliver

Gastón Marioni descubrió en la comedia musical "el lenguaje más propicio para que se produzca el encuentro entre el clásico de la literatura universal y el niño". Y ese mismo lenguaje es el que utilizó para Los Viajes de Gulliver, la obra que estrenó en el Teatro Argentino (51 e/ 9 y 10, Sala Astor Piazzolla).

Esta propuesta es una producción independiente del Centro Cultural Teatro Estudio que Marioni dirige, pero debido "a la envergadura y magnitud de la puesta en escena", el espacio del cual disponía "no era el marco propicio para desarrollar la espectacularidad que pretende esta obra, por eso me acerqué al Teatro Argentino y presenté el proyecto", le aclaró el director a Diagonales.

–¿Cómo fue el proceso de creación y el hecho de cumplir tantos roles: libro, coreografía, iluminación, puesta en escena y dirección?
–Yo soy un fanático de los clásicos de la literatura, particularmente la inglesa, y mi gusto personal quiero acercárselo a los chicos. Ya hice Robin Hood en el 2008 y Príncipe y mendigo de Marc Twain. Quiero acercar estos clásicos a través del lenguaje de la comedia musical, que me permite una manera más viable, más accesible de poder hacer una lectura de estos clásicos. Una de las cosas que siempre me imagino es que el nene se pregunte y le pregunte al adulto que lo lleva, antes o después de la función “¿Quién es Gulliver?” y tal vez los dos puedan hablar que existe un autor que se llama Jonathan Swift, que ha escrito este libro que es un clásico universal.

–¿Y qué se tiene en cuenta a la hora de encarar un clásico? ¿Qué hay que conservar, que se agrega de nuevo?
–Lo primero que me tiene que pasar es que yo me lo imagine. El primer espectador que ve el estreno soy yo, en mi cabeza, me ilusiono, empiezo a jugar con imágenes, a presuponer situaciones. Lo primero que me tiene que pasar es eso: identificarme yo con el relato y en segundo lugar con la premisa o la moraleja que pueda llegar a tener ese relato para el chico. El desafío siguiente es como sintetizar, en este caso una novela de 420 páginas, sin embargo yo elegí contar los 4 viajes, y empecé a hacer una síntesis en proporciones justas y como la narrativa literaria no es igual que la narrativa dramatúrgica, tratar de hacer encauzar ese relato en los moldes que dramatúrgicamente presupone cualquier relato teatral. Además, en ese proceso hay una selección, y por supuesto en toda selección hay una ideología, e ideológicamente y teatralmente se va recortando y subrayando aquello que yo quiero que el chico observe.

–¿Qué pretende que el chico observe y cuál diría que es la moraleja?
–Lo primero que necesito es que el chico se entretenga, se divierta y se emocione, si eso sucede entonces el segundo fin se va a producir, que es o que me pasó a mí cuando leí Los Viajes de Gulliver. ¿Qué me llamó la atención? Que hace 300 años alguien hizo una crítica al hombre social que hoy sigue vigente igual que antes. Cuando uno dice "yo soy tal cosa" está creando una identidad y lo que hace Gulliver en sus viajes no es más que una refutación a su propia identidad, cuan seguro estoy y cuan respetuoso soy al decir yo soy de lo que los otros son. Lo que me interesa contar con Los Viajes de Gulliver es una posibilidad de pensarnos en tanto el respeto del otro y de los otros. Sobre eso gira la premisa de Gulliver, porque él viaja a 4 lugares ficticios (“las tierras de Lilliput”, “de Brobdignang”, “la Isla Flotante de Tajara” y “las Tierras de los Hoyumns”) pero que fácilmente los podríamos ubicar en el mundo real, y por oposición o similitud, él va redefiniéndose como sujeto y como persona a través del respeto de los otros o de lo otro que nos es diferente.

El director explicó que, en un comienzo, consideró que la obra estaba apuntada a un público infantil mayor de 6 años, pero tras la función debut, en la cual hubo niños de 3 y 4 años, notó "que se quedaron encantados con la plástica visual que tiene la obra. Porque son 4 viajes y yo elegí, para cada uno, un lenguaje escénico distinto: en el primer viaje la disciplina es títeres, en el segundo es teatro convencional, en el tercero es teatro de sombras y en el cuarto viaje es danzas. Entonces el nene puede diferenciar cada viaje en un lenguaje teatral distinto. Y, obviamente, hay una puesta muy fuerte en cuanto al vestuario, la iluminación, y efectos especiales, hasta en un momento la platea se cubre de burbujas".

Los Viajes de Gulliver estará en cartel nuevamente desde el 27 de julio hasta el 1º de agosto, y la invitación para acercarse al teatro que realizó Gastón Marioni fue "somos un grupo que trabajamos en y para nuestra ciudad, hay una inversión en este espectáculo de calidad, no escatimamos en nada y está bueno ver esta experiencia, vale la pena y es un lindo viaje para hacer en familia".